Nicolás escribió:
" Te amo, pero mi odio tiene más horas al día
Te amo, pero sé que ya se acabará con el sol el tiempo del sentimiento.
Y solo, como prueba de ello, puedes consultar con mis sábanas, porque mi almohada ya se canso de escucharme"
Nico soñaba que algún día todo regresaría, y sería el mismo niño con la misma felicidad que Dios le otorgó en su momento, y reiría con sus juegos, comiendo galletitas o chizitos en la tienda bien surtida que lo vio crecer. Y que un perrito algo babucho, marroncito que daba la patita, llegaría nuevamente a morderle las orejas.
Y Nico soñaba noche a noche que su angel llegaría para abrazarlo y apapacharlo como siempre, a acurrucarlo entre sus largos cuentos noctámbulos, que se asomaría por su ventana, que lo llamaría para que el abra la puerta. Cada noche, aunque nadie lo veía, se escondía entre canciones, intentando tocar una guitarra vieja que solo el escuchaba con buen sonido, y entre notas se olvidaba de su sueño, o quizás lo hacía perdurar en su cantar y al mismo tiempo en su silencio. Nico aprendió a vivir de sonrisas, de ilusiones, aunque su corazón estaba ya desde hace tiempo muerto. Aprendió a andar con el aire, aprendió a dormir con la luna, aunque en sueños, aun recodaba tanta alegría, y una lágrima se asomaba, solo visible por el brillo que la luna le daba.
Y Nicolás, con el tiempo dejó de soñar, se olvidó de sufrir, cerró su utopia. Y el angel que siempre llegó dejó de hacerlo, y el perrito babucho que lo perseguía dejó de encontrar sus orejas. Se refugió en el silencio, en letras, en pasiones o quizás solo aparentó hacerlo.
De ilusiones muertas es porque lloro.
ResponderEliminarPoco a poco se pierde uno, poco a poco se pierde a alguien, poco a poco me perdi y poco a poco...lo perdí todo.
Ni madre, ni perrito, ni princesita tengo...viejas burbujas se deshidratan. latidos murmurosos lloran e insensatos sentimientos vulneran.
Lo único que me consuela...es que no soy el único que sufre.