domingo, 25 de abril de 2010

La Bulimia sentimental


“Cuando hago memoria respecto a mi pasado, solo logro a ver a muchas personas vestidas de negro y de gris pisoteando a una de rojo que pide auxilio Es un rojo hiriente, pasional y huachafo. Todas tienen el mismo rostro. Todas son yo. Las de color oscuro no tienen expresión, miran siempre con los mismos ojos, nunca ríen y menos lloran. Tienen las arrugas en el mismo lugar de siempre, los lunares de sus ojos izquierdos son inamovibles y sus ceños siempre están fruncidos. La otra, la de rojo, siempre ríe chabacanamente, no se controla al comer, tampoco al amar, besa a quien sea, llora desesperadamente como en velorio, tiene mil sudores en su cama, y se aventura a todo lo que se le presente”.

Como sabrán Bulimia significa “hambre de buey” y tengo mi propia teoría respecto a su origen. Considero que la bulimia verdadera siempre se origina de forma inmediata en la anorexia. No hay bulimia sin anorexia, ni anorexia sin posterior bulimia. Es un círculo vicioso, a veces abajo, a veces arriba. Mientras más arriba estemos más profundo caeremos. El puente entre ambas se llama ansiedad.

Ansiedad, significa “aflicción” es la reacción del cuerpo humano caracterizada por el incremento de facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica del organismo, que en esos momentos se encuentra bajo el nivel adecuado, producido por algún periodo de abstinencia extrema. Por ejemplo, si tenemos una dieta mortal rápida “baja 7 kilos en un mes” probablemente a las dos semanas de seguir dicha dieta, comeremos ferozmente lo que se nos ponga en frente. Si dejamos de tener sexo durante 4 o 5 meses, no dudes que pensarás después de ese tiempo hasta meterte con el lechero. Claro, la abstinencia a la que hago referencia no es a la indirecta producida por el olvido – que no es propiamente abstinencia- ,sino a la que en sentido estricto se produce por la voluntariedad humana : “ yo decido no consumir esto o eso, y dispongo de todos los medios para alejarme”.

Si pasa con la comida, ¿por que no habría de suceder con los demás placeres? El desequilibrio no discrimina, por lo que deduzco que esto ha de pasar también con los sentimientos. “La bulimia de sentimientos producida por tenerlos a dieta extrema”. Dejo de comer porque me veo una enorme mole, dejo de sentir porque soy demasiado vulnerable y sensible.

Ayer pude observar un atracón de placeres, ella, mi amiga, corría a pesar que su razón le gritaba que no era lo correcto, que ya había pasado todo, que debía de huir del lugar, que debía llorar en su cuarto, que debía gritar en su cama, que se ama con razón y no con locura. Es un patrón repetitivo, pero no en todos los tipos de personas. Ella, así como otras 10 observadas más, incluyéndome, nos hemos caracterizado por ser siempre frías, duras, calculadoras, racionales, rectas, prudentes, “autosuficientes”. En resumen, adorablemente inexpresivas, las que siempre tienen a su 95% de de soldados mentales listos para el ataque, formados en filas, preparados para la batalla.

El problema es que ningún ser humano puede ser como el tipo descrito. Los seres humanos no somos así. Nos caracterizamos no solo por pensar sino también por sentir. Amamos y pensamos. Soñamos y trabajamos. Si solo trabajas, te olvidas del sueño. Si solo piensas te olvidas de amar. Si solo razonas te olvidas de sentir, y caemos en el juego de poner a dieta extrema nuestros sentimientos. La anorexia nervosa del amor.

Como toda abstinencia, podemos durar años hasta que la ansiedad no se presente, la gente te conocerá como una mujer fuerte y valiente. Pero así como la anorexia y las prohibiciones dentro de tu actuar, es solo un efecto espejo de lo que realmente quieres ser. Quieres ser dura, quieres ser fría, quieres no sentir para no verte vulnerable, quieres vivir tranquila sin sufrir. En la anorexia quieres ser delgada, quieres saberte que puedes comer poco, al inicio te cuesta pero luego se hace parte de tu vivir, tu estómago se reduce y ya no sientes placer al comer. Es exactamente lo mismo, porque tu escudo sentimental con el tiempo se hace parte tu propio ser.

Y aquí viene el gigante destructor que pide balance en el alma, tus torres y caballitos juegan para construir el puente. Tu alma y cuerpo lo pide a gritos, no te das cuenta. Lo complicado suele ser cuando esta parte de ti surge en medio de una relación afectiva, como cuando la ansiedad surge en un bufete puesto en una gran mesa. Obviamente es porque justo en este tipo de situaciones existe mayor presión emocional.

En esta línea, asumimos que una vez anoréxica, con ansiedad de sentir, te conviertes en una bulímica. Amas sin medida, comes como buey. La razón se hace a un lado porque tu cuerpo necesita sentir, porque necesitas amar. Hacerle saber a esa persona que nunca fuiste así, que quieres vivir la vida, que quieres vestir de rojo, que quieres dejar del gris. Surge tu yo pasional, el que lo da y lo entrega todo, el que vive y ríe chabacanamente, el que se despersonaliza, tu otro lado que nadie vio. El siguiente paso es el aferrarte a lo que tanto te negaste durante toda tu vida, es decir llegar al “amor obsesivo”. Este punto es importante tener en cuenta, puesto que en la bulimia no llegas a querer el pan por ser el pan, ni a la galleta por tener el dulce sabor frutilla de la galleta. Comes desde galleta, la rosquita que le sobró a tu amiga de su bolsa, hasta la bola de helado que tu hermano no se comió. Comes por comer, no identificas que comes, solo disfrutas el atragantarte. Obviamente si tuvieras en tu casa un almacén de pan comerías el pan porque es lo que más cerca tienes, “mil atracones panísticos” – como solía llamarlos. En el caso de los sentimientos esto se ve ligeramente matizado, ya que no entregas tus sentimientos a cualquier persona, no te muestras ante cualquier ser humano, sino ante alguien con quien hayas vivido mucho, con quien tengas real confianza. Con ese sujeto te das tus atracones de placer sentimental. Añoras sentir, añoras amar, añoras hacer travesuras como cuando eras niña. Te aferras, hasta el fin del mundo prometes aferrarte.

Y la explosión mental se da cuando la relación no funciona. Cuando no hay pan en el almacén. Cuando tus manos sudan, cuando lloras por no comer, cuando te declaran en abstinencia por fuerza de terceros. Es el mismo proceso que se da en los drogadictos, en los alcohólicos, en los bulímicos, en los falsamente enamorados.

Es ahí donde te das cuenta que estás enfermo. Notas que te aferraste a ese sujeto, que lo hiciste eje de tu vida, que no te gusta sufrir. Lo triste es que no deseas el equilibrio, sino regresar al estado anterior, a la abstinencia. Crees que solo así vivías bien, que solo así te evitabas el llorar. El concepto del equilibrio es la lenteja marrón que se pierde entre las de color.

En la bulimia también puedes notar que ese estilo de vida no es digno. Tu razón lucha con tu pasión y tu adicción. Tratas de vestir a tus soldaditos de negro nuevamente, para tenerlos siempre a la defensiva. Te arrepientes haberles comprado trajes rojos y se los quitas de forma violenta. Hay una lucha mental, entre los rojos y los negros. Y tú, tu apoyas mentalmente a los negros, imaginariamente les cambias el color de vestimenta día a día. Te odias día a día. Te reprimes día a día.

La bulimia de sentimientos es igual que la bulimia nervosa. El psicólogo inglés Frank Tallis publicó un libro titulado “Love sick”, haciendo alusión a todas aquellas personas que habían sido diagnosticadas como depresivas o ansiosas cuando en realidad solo – a su criterio- estaban enamoradas. Discrepo de su postura, al señalar que se debe evaluar el caso concreto. Porque cuando se cumplen las características mencionadas anteriormente como “la aparente autosuficiencia extrema” no es extraño que por ley de opuestos sufra luego de un amor compulsivo obsesivo (y lo llamo amor por etiquetar el comportamiento de algún modo) caracterizado esencialmente por la ansiedad producida por la abstinencia.

Pues, lo ideal y razonable del texto es que llegue a una conclusión, tristemente tengo que confesar que no tengo método de solución práctica, porque hasta ahora lucho con mi ansiedad. El equilibrio es solo un concepto divino hasta el momento.

2 comentarios:

  1. resultados de conversaciones entre momentos de "estrés extremo" y de "relax total", matizadas con algunas circunstancias anecdóticas ... ¡que bueno que sepas como expresarlo!.

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