domingo, 5 de febrero de 2012
Bunburinísima.
A veces todos estamos así, desesperados con control. Abrimos nuestro ordenador y nos colgamos del facebook durante horas para no sentir esa ligera angustia que te hace sentir vacío. Googleas todo lo que se pueda ocurrir y te excusas diciendo que es necesario suplir las dudas que arrastras hace tiempo… todo es mentira. Miras videos estúpidos en youtube y te imaginas cómo serían las cosas si estuvieses en un lugar, una situación, un momento, una hora distinta. Sabes que es el pensamiento de un fracasado, pero la verdad… tampoco te importa. Miras el atardecer y está tan él, tan sólo, lleno de dudas y de respuestas que no atinan a decir “presente”. ¿Quién eres?¿Quiénes son?¿Qué quieres?¿Qué debes? Todas las preguntas posibles que te hacen rozar con zonas mentales dolorosas. Sabes que colindas nuevamente con una potencial depresión, sabes que tus sueños nuevamente te atormentan.
Las cortinas sucias, mi perro sin bañar. Un celular que nunca es útil y una risa cachosa que resuena en tu mente. Un mundo, mil mentes igual de vacías que la mía; con pretextos, con ofertas para la distracción… sin una verdadera respuesta que absuelva las intenciones del alma.
Pensamiento infantil de niña mimada. Eso soy, una niña mimada aburrida de sí misma.
viernes, 6 de enero de 2012
Me siento triste y ¿No sé por qué?
Considero que hay que diferenciar dos cosas. La primera que es no saber con exactitud el porqué de tus sentimientos – o no querer saberlo-; y la segunda, que efectivamente no tenga explicación alguna y por tanto, no pueda ser racionalizado.
Si pienso, entiendo; si entiendo, racionalizo ¿Racionalizar tiene que ser opuesto a sentir? ¿Acaso no puede ser: Racionalizo para explicar lo que ya siento? Si no lo sintiese no tendría un móvil para racionalizar. De hecho, no creo que los seres humanos pensemos en vano. Siempre tenemos un móvil, un ligero o muy profundo sentimiento, que puede buscar excusas de para lo incorrección de su exteriorización o; la verdad, cruel y dura, que ésta implica.
Entonces, entiendo que si no pienso, no seré capaz de hacer conexiones lógicas entre lo que siento y lo que existe en mi realidad. Ahora, esas conexiones no se contraponen en lo absoluto con la idea de resignación y olvido. Por el contrario, creo que sólo cuando eres capaz de conectar idóneamente eres también capaz de sufrir más intensamente (aunque la carga se lleve dentro) y olvidar.
Definitivamente el proceso racional sin la aceptación del sentimiento subyacente no te va a hacer solucionar el problema puesto que faltaría un factor y por tanto el problema que atacas no es el que padeces. Ahora, creo que tampoco podrías solucionarlo sin el proceso racional ya que lo único que harías es ocultarlo bajo una excusa mental y obtener aparente tranquilidad, con el riesgo de volverse a repetir cíclicamente.
En esa línea, considero que es útil la idea del perdón divino puesto que eres capaz, bajo una excusa, de aceptar los sentimientos negativos que se contraponen con tus propios paradigmas sin tener que recurrir al sentimiento de culpa por padecerlos.
En palabras sencillas sería: Debes entender tu problema y aceptar los sentimientos que lo provocan. Sólo podrás aceptar tus sentimientos si eres completamente sincero con tus vivencias y tus sensaciones; asimismo, sólo podrás aceptar tus sentimientos de manera sincera si aceptas que eres capaz de sentirlos y por ende, únicamente te creerás un hombre capaz de sentir cosas negativas y desproporcionadas si vas contra tu propio ideal de ser humano ignorando el sentimiento de culpa. Finalmente, sólo podrás aceptar que no eres tu paradigma si acudes a la idea de un ser divino que perdona tus pecados y es capaz de devolverte la condición de ser humano “en paz” o “sin mancha” es decir, que te exime del sentimiento de culpabilidad.
Bah!
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